Llega el otoño a Idiomas León.
León y su provincia son lugares para descubrir y disfrutar todo el año, pero si hay una época que sin duda es mágica, es el otoño. Después de un verano de desconexión y descanso para tomar impulso, todo vuelve a su ser: los adultos retoman su trabajo, los niños el colegio, y aunque parece que el verano y los ratos para disfrutar van quedando muy atrás, León va cogiendo un color especial que cualquier buen amante del turismo que se precie, no debería perderse.
La ciudad se prepara para lo que es su fiesta más tradicional: San Froilán. La Calle Ancha aún sigue llena de gente por el buen tiempo, el mercado medieval va tomando forma, los primeros acordes de una jota ya resuenan en la plaza de la Catedral, los pendones aguardan impacientes a comenzar su primer recorrido, y se presume de la nobleza del mastín. Paseando por el centro es inevitable no cruzarse con más de un peregrino que recorre las calles de León con ojos curiosos. Sin duda, su cansancio es evidente, pero se les nota la sensación de satisfacción y de que todo el camino recorrido ha merecido la pena para llegar a una ciudad que aún se esconde de las guías de viaje.
No es de extrañar que en León cada vez se oigan más lenguas, y es que todo aquel que nos visita por estas fechas, no deja de compartir las vivencias de su paso por nuestras calles.
“La provincia esconde lugares y tradiciones imposibles de escapar a los ojos de nuestros visitantes”
Los días van pasando, y poco a poco los ratos de calor y buen tiempo cada vez son más cortos y menos frecuentes; no por eso León deja de ganar en esencia. Las primeras heladas y nieblas nos invitan al calor de unas sopas de ajo y de un buen cucurucho de castañas recién asadas. La luz nos abandona un poco antes, pero las tardes se hacen eternas al calor de la lumbre en una bodega, o con los pies cerca del brasero, disfrutando con amigos de las primeras setas de cardo, y de los primeros frutos de todo el trabajo y esfuerzo que han supuesto los días de vendimia. El color de la roca de las montañas parece más intenso, pero León es de todo menos gris.
La provincia esconde lugares y tradiciones imposibles de escapar a los ojos de nuestros visitantes. Son días perfectos para recorrer el bosque del Faedo, descubrir el Lago Isoba y darse un paseo por Puebla, o contemplar el embalse de Barrios de Luna, que este año, de nuevo, espera con ansia las primeras lluvias que evitarán que vuelva el mostrar su esqueleto.
León enamora y parece que casi habla por sí solo, aunque nunca viene mal un poco de ayuda. Anímate a aprender idiomas y comparte nuestras tradiciones y paisajes allá por donde vayas.
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